Book - El Animal más Peligroso

Autor: Gabriel Pombo

Editorial: Autopublicado

Páginas: 320 [Pdf]

INGLATERRA 1887 - 1889

Mientras el Asesino del Torso de Támesis arroja restos de sus victimas en el río, Jack el Destripador mutila prostitutas en Whitechapel. A pesar de los esfuerzos de Scotland Yard y del Comité de Vigilancia los homicidios prosiguen, como si de una competencia sádica se tratase. 

Esta es la historia de aquellos criminales, y del hombre y de la mujer que los enfrentaron. 

John Batchelor, colaborador del detective Arthur Legrand se presenta temprano en la mañana ante este último con las nuevas noticias: una carta y la oreja arrancada de una mujer envuelta con un viejo periódico dentro de una  tela de arpillera, paquete que dejaron en la mesa de la cocina del presidente del Comité de Vigilancia de Whitechapel. Ese macabro regalo no podía venir de nadie más que del asesino que está asechando las calles del East End de Londres, con el único propósito de asustar al comité para que dejen de intervenir en su camino, pero también puede ser una pista que le permita al detective seguirle la pista a este criminal y por fin detener sus tétricos pasos. Arthur fue contratado para descubrir quién es el homicida que ha degollado y mutilado a mujeres de la vida alegre, que ha burlado todos los controles policiales y sigue al acecho para cobrar otra vida humana. En el otoño de 1888 se han presentado cinco asesinatos siguiendo un mismo patrón: son mujeres que se dedicaban al oficio más antiguo del mundo y aparecen descuartizadas, se ha ganado el mote de Jack el Destripador. Lo más temible de todo es que aparecen otros crímenes muy similares, cuerpos que aparecen flotando en el Támesis sin cabeza para hacer imposible la identificación de los cadáveres, no se sabe si se trata del mismo malhechor, si tienen relación o que más se esconde detrás de todas esas atrocidades, pero Arthur no cesará su búsqueda hasta atrapar al culpable o a los culpables de semejante barbaridad.  

.... Me gusta matar gente porque es divertido. Es más excitante que cazar animales salvajes en el bosque porque el ser humano es el animal más peligroso de todos. Matar personas es la experiencia más emocionante. Es incluso mejor que tener sexo con una mujer. Y lo mejor de todo es que cuando muera renaceré, y aquellos a los que he matado serán mis esclavos en el más allá. 

Conocí esta historia gracias a la reseña que realizó Sabrina del blog La Morada del Búho Lector, por todo lo que contó me llamó muchísimo la atención y le dije que sin dudarlo le daría una oportunidad, debido a eso me pasó el contacto del autor y él muy amablemente me cedió un ejemplar para aventurarme con esta lectura, muchas gracias Gabriel. En general fue una lectura realmente fascinante, creo que todos hemos escuchado sobre ese nefasto personaje y las salvajadas que cometió en esa época, a mí no me cabe en la cabeza que una persona sea capaz de llevar a cabo esas cosas pero lastimosamente existen y aquí evidenciamos que hay seres humanos con una capacidad increíble para hacer el mal, que encuentran placer matando a otra, y que se dejan llevar por cuentos infernales. Lo que más resalto es que se evidencia que hay un gran trabajo de investigación y de recopilación de datos, se nota que el autor se documentó todo lo que pudo sobre ese asesino y sus crímenes, nos muestra perfectamente todo el escenario que rodeó estos hechos, nos comparte los detalles forenses y maneja perfectamente el enigma que encierra ese temible personaje. Además podemos constatar que ambos casos: Jack el Destripador y El Asesino del Torso de Támesis existieron, solo que a este último nunca se le dio mucho bombo pero que muchos inspectores tuvieron como hipótesis que se trataba de la misma persona o que por lo menos estaban ligados de alguna manera.  

El campo de batalla, y la inminencia de la muerte gravitando sobre los contendientes, no se podía comparar con ello. Se trataba de espantos diversos, de dos facetas gemelas en un idéntico fenómeno funesto. 

Me ha gustado mucho la manera en que el autor nos comparte todas las pesquisas de estos crímenes: pruebas, perfil de la víctima, análisis forenses y otros datos, en ningún momento todas esas descripciones se me hicieron pesadas, todo lo contrario, me parecía sumamente interesante y quería conocer todo para ver si podía tener algunas pistas de quién era el culpable. Lo que no me convenció es cómo cambia de un escenario a otro, me parece que es demasiado brusco y en algunos puntos me confundió, además a veces me costaba un poco descubrir quién era el que nos estaba narrando en determinados momentos. Me faltó sentir esa tensión del thriller, para mí fue más como ir conociendo ciertos detalles de la investigación, recolectando información y ver qué pasaba porque no se presentó esa carrera de cuál será la próxima víctima para adelantarnos al culpable y poder atraparlo, todo más bien un poco pasivo. El final me dejó bastante fría, me hubiera gustado otro tipo de desenlace porque siento que fue precipitado, de un momento a otro se presentó un informante [demasiado conveniente] y acabaron con todo ese embrollo fácilmente, supongo que el autor quiso darle una conclusión que más o menos pudiera calzar con el enigma que nunca se resolvió en la realidad. Hay unos pequeños errores pero que con una revisión concienzuda se pueden resolver, son mínimos.  

En resumen, El Animal más Peligroso es una trama realmente fascinante sobre un personaje que causó terror en una época oscura de Londres y conocemos a profundidad más sobre esos crímenes. A la par aparece otro personaje igual de aterrador que hará que se nos ponga los pelos de punta, acompañados del detective Arthur seguiremos estos nefastos pasos hasta encontrar que encierran estos asesinatos. Disfruté muchísimo con la lectura y la recomiendo. 

Todo huele a un enfermizo ritual. Se trata de la misma forma de matar, igual saña, idéntico deseo de escandalizar.

Le asaltaron excitantes recuerdos de esa época de apogeo cuando, tan sólo un año atrás, toda Inglaterra hablaba de él y sus sangrientas obras, con respetuoso temor, sin conocerlo.